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Perspectivas

Optimizar el flujo es tarea de todos: cómo Cincinnati Children's mejoró la eficiencia de sus operaciones hospitalarias

Por qué es importante

¿Cómo añadió Cincinnati Children's el equivalente a 75 camas sin un solo cambio en la infraestructura?

Frederick Ryckman, MD, vicepresidente senior de operaciones médicas del Cincinnati Children's Hospital and Medical Center, comparte las claves del éxito de su organización al mejorar el movimiento de los pacientes a través del entorno de cuidados intensivos (también conocido como "flujo").

Es importante brindar una atención al paciente que ofrezca un gran valor. En Cincinnati Children's, esto significa brindar resultados excepcionales con los equipos adecuados que brinden exactamente la atención adecuada a los pacientes en el entorno adecuado. Gran parte de ese trabajo está determinado por tener un flujo de pacientes bueno y eficiente en toda nuestra institución.

Hace diez años, Cincinnati Children's realizó algunos cambios fundamentales que han dado como resultado una serie de resultados favorables, incluida una capacidad adicional para atender a los pacientes. Antes de nuestros esfuerzos para mejorar el flujo, nuestro hospital tenía aproximadamente un 75 por ciento de ocupación. Ahora podemos gestionar una ocupación de alrededor del 90 al 95 por ciento sin ninguna alteración en la entrega del flujo correcto y la ubicación correcta del paciente. Con nuestras mejoras en la gestión de flujo y capacidad, hemos acumulado el equivalente a unas 75 camas. En otras palabras, si nos hubiéramos mantenido en nuestro nivel anterior de eficiencia, habríamos tenido que construir más infraestructura física para satisfacer nuestras necesidades de crecimiento. En cambio, agregamos capacidad adicional sin costo.

Esperamos que algunas de las lecciones que aprendimos durante la última década sean beneficiosas para otros. Aquí hay tres formas de mejorar el flujo de pacientes.

  1. Identificar el flujo deficiente como fallas
    Hay muchas claves para mejorar el flujo, pero el cambio verdaderamente transformador que hicimos fue clasificar situaciones en las que no logramos un gran flujo como fracasos. En el pasado podríamos haber dicho: “Bueno, estos fueron solo retrasos”, o habríamos achacado el flujo deficiente a la inevitable complejidad del funcionamiento de un sistema hospitalario. Nuestra cultura cambió fundamentalmente cuando empezamos a decir: "No, esto no está bien". Si está esperando en nuestra sala de emergencias seis horas por una cama de hospital, eso no es una demora. Eso es una falla de nuestra capacidad para gestionar la capacidad y el flujo. Calificar tales situaciones como fracasos fue un paso crucial. Hizo que el status quo fuera inaceptable. Nos obligó a implementar iniciativas de mejora para abordar específicamente esas fallas.
  2. Vincular el flujo con la seguridad del paciente
    Otro cambio clave que hicimos fue combinar las iniciativas de flujo con nuestros esfuerzos para mantener seguros a los pacientes. Un buen flujo es una parte esencial para brindar una atención segura. Sin embargo, no siempre conectamos la gestión de la capacidad y el flujo con la seguridad porque, si lo permitimos, el proceso diario de gestionar el flujo a veces puede parecer ajeno a las vidas y el bienestar de los pacientes y sus familias. Una vez que dejamos claro que facilitar el recorrido del paciente en toda nuestra organización ayuda a prevenir situaciones como retrasos en la atención, malas transferencias o hacinamiento que pueden provocar daños al paciente, captamos la atención de las personas y su dedicación para mejorar el flujo.
  3. Adopte el análisis de datos y la gestión de operaciones
    Lo tercero que hicimos fue aprovechar al máximo las técnicas de análisis de datos y gestión de operaciones. Identificamos flujos específicos de pacientes que necesitaban servicios únicos o requerían un tratamiento único dentro de nuestro sistema. Esto nos permitió operar y administrar mejor algunas de las áreas críticas dentro de nuestra organización, como quirófanos, unidades de cuidados intensivos y salas de emergencia, donde a menudo ocurren cuellos de botella graves.

En Cincinnati Children's no contamos con una oficina de flujo especialmente designada. Ningún médico o administrador es responsable de la gestión del flujo y la capacidad. Creemos que todos tienen un papel que desempeñar para ser eficientes y garantizar que cumplimos la promesa de brindar una excelente atención. Es por eso que todos nos dedicamos a la atención médica en primer lugar.

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